Abraham Maslow (1908-1970) fue un psicólogo estadounidense conocido como uno de los fundadores de la psicología humanista (corriente que postula la existencia de una tendencia humana básica hacia la salud mental que se manifiesta como procesos contínuos de búsqueda de autoactualización y autorrealización). Mayor de siete hermanos, lento y ordenado, recuerda su niñez como solitaria y bastante infeliz, creció en las bibliotecas entre libros. Aunque su primera intención fue estudiar derecho al final se decantó por la psicología estudiando primeramente el comportamiento de dominación sexual de los primates. El desarrollo teórico más conocido de Maslow es la pirámide de las necesidades que plantea una jerarquía de las necesidades humanas en el que la satisfacción de las necesidades más básicas da lugar a la generación sucesiva de necesidades más altas.
En la base de la pirámide vamos a encontrar las necesidades básicas o las necesidades fisiológicas que incluyen la alimentación (comer y beber), la respiración, la eliminación (orinar, defecar y sudar), el descanso, el sueño y en general el mantenimiento involuntario e instintivo de las funciones corporales que posibilitan la vida. También encontraremos necesidades de otro tipo como el sexo o la maternidad.
El siguiente nivel estaría formado por las necesidades de seguridad y de protección (seguridad, orden y estabilidad). Estos dos primeros escalones son importantes para la supervivencia de la persona. Una vez que los individuos tienen satisfecha su nutrición, cobijo y seguridad vital van a tratar de satisfacer otras necesidades. Estas necesidades se relacionan con el temor de los individuos a perder el control de su vida y están íntimamente ligadas al miedo, miedo a los desconocido o anarquía.
El tercer nivel es el de la necesidad de amor y de permanencia, está compuesto por las necesidades psicológicas, cuando un ser humano ha cuidado de sí mismo está listo para compartirse con los demás. Tienen relación con la necesidad de compañía del ser humano, con su aspecto afectivo y su participación social.
El cuarto nivel lo vamos a alcanzar cuando nos encontramos cómodos con lo que hemos conseguido, éste es el nivel de la necesidad de estima en el cual incluimos el éxito y el status, fundamental en la percepción propia, llamada autoestima, y en la percepción que los demás nos transmiten, llamada heteroestima. Esta etapa radica en la necesidad de toda persona de sentirse apreciado y tener prestigio, destacar dentro del grupo social...
La quinta etapa o nivel sería la necesidad de autorrealización y se supera cuando se alcanza un estado de armonía y de entendimiento.
La última etapa sería la espiritual o de trascendencia, aquí deseamos crear algo que perdure más allá de uno mismo. Que nuestros hijos o familia puedan contemplar algo que haya dejado, incluso una vez que hemos fallecido.
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