30 de mayo de 2011

La pirámide de necesidades de Maslow

Abraham Maslow (1908-1970) fue un psicólogo estadounidense conocido como uno de los fundadores de la psicología humanista (corriente que postula la existencia de una tendencia humana básica hacia la salud mental que se manifiesta como procesos contínuos de búsqueda de autoactualización y autorrealización). Mayor de siete hermanos, lento y ordenado, recuerda su niñez como solitaria y bastante infeliz, creció en las bibliotecas entre libros. Aunque su primera intención fue estudiar derecho al final se decantó por la psicología estudiando primeramente el comportamiento de dominación sexual de los primates.  El desarrollo teórico más conocido de Maslow es la pirámide de las necesidades que plantea una jerarquía de las necesidades humanas en el que la satisfacción de las necesidades más básicas da lugar a la generación sucesiva de necesidades más altas.
           

En la base de la pirámide vamos a encontrar las necesidades básicas o las necesidades fisiológicas que incluyen la alimentación (comer y beber), la respiración, la eliminación (orinar, defecar y sudar), el descanso, el sueño y en general el mantenimiento involuntario e instintivo de las funciones corporales que posibilitan la vida. También encontraremos necesidades de otro tipo como el sexo o la maternidad.
El siguiente nivel estaría formado por las necesidades de seguridad y de protección (seguridad, orden y estabilidad). Estos dos primeros escalones son importantes para la supervivencia de la persona. Una vez que los individuos tienen satisfecha su nutrición, cobijo y seguridad vital van a tratar de satisfacer otras necesidades. Estas necesidades se relacionan con el temor de los individuos a perder el control  de su vida y están íntimamente ligadas al miedo, miedo a los desconocido o anarquía.
El tercer nivel es el de la necesidad de amor y de permanencia, está compuesto por las necesidades psicológicas, cuando un ser humano ha cuidado de sí mismo está listo para compartirse con los demás. Tienen relación con la necesidad de compañía del ser humano, con su aspecto afectivo y su participación social.
El cuarto nivel lo vamos a alcanzar cuando nos encontramos cómodos con lo que hemos conseguido, éste es el nivel de la necesidad de estima en el cual incluimos el éxito y el status, fundamental en la percepción propia, llamada autoestima, y en la percepción que los demás nos transmiten, llamada heteroestima.  Esta etapa radica en la necesidad de toda persona de sentirse apreciado y tener prestigio, destacar dentro del grupo social...
La quinta etapa o nivel sería la necesidad de autorrealización y se supera cuando se alcanza un estado de armonía y de entendimiento.
La última etapa sería la espiritual o de trascendencia, aquí deseamos crear algo que perdure más allá de uno mismo. Que nuestros hijos o familia puedan contemplar algo que haya dejado, incluso una vez que hemos fallecido.



23 de mayo de 2011

Un corazón grande se llena con poco

Disfruta de la fuerza y de la belleza de tu juventud pues nunca entenderás la fuerza y la belleza de tu juventud hasta que no se haya marchitado. Pero créeme, dentro de 20 años, cuando te veas en fotos comprenderás, de una forma que no puedes comprender ahora, cuántas posibilidades tenías ante ti y lo guapo que eras en realidad. No estás tan gordo como imaginas! No te preocupes por el futuro o preocúpate sabiendo que preocuparse es tan efectivo como tratar de resolver una ecuación de álgebra mascando chicle. Lo que sí es cierto es que los problemas que realmente tienen importancia, aquellos que nunca pasaron por tu mente, son esos que te sorprenderán a las cuatro de la tarde de un martes cualquiera.

Todos los días haz algo a lo que temas, canta, no juegues con los sentimientos de los demás, no toleres que la gente juegue con los tuyos, relájate, no pierdas el tiempo sintiendo celos. A veces se gana, a veces se pierde, la competencia es larga y al final sólo compites contra ti mismo. Recuerda los elogios que recibas pero olvida los insultos, aunque si consigues cómo olvidarlos dime cómo hacerlo. Guarda las cartas de amor, tira las cartas del banco, no te sientas culpable si no sabes muy bien qué quieres de la vida, las personas más interesantes que he conocido no sabían que hacer con su vida cuando tenían 22 años, es más, algunas de las personas que conozco tampoco lo sabían a los 40.

Quizás te cases, quizás no, quizás tengas hijos, quizás no, quizás te divorcies a los 40, quizás bailes el vals en tu 75 aniversario de bodas, pero hagas lo que hagas no te enorgullezcas ni te critiques demasiado. 

Disfruta de tu cuerpo, aprovéchalo de todas las formas que puedas, no tengas miedo ni te preocupes por lo que piensen los demás porque es el mejor instrumento que jamás tendrás. Baila aunque tengas que hacerlo en el salón de tu casa, lee las instrucciones aunque no las sigas, no leas revistas de belleza porque sólo sirven para hacerte sentir feo. 

Aprende a entender a tus padres, será tarde cuando ellos ya no estén, llévate bien con tus hermanos, son el mejor vínculo con el pasado y probablemente serán los que te acompañen en el futuro, entiende que los amigos vienen y se van pero hay un puñado de ellos que debes conservar con mucho cariño. Esfuérzate por no desvincularte de algunos lugares y costumbres porque cuando pase el tiempo más lo necesitarás. Vive en una ciudad pero múdate antes de que te endurezcas, vive en un pueblo pero múdate antes de que te ablandes. 

Viaja y acepta unas verdades ineludibles, los precios siempre subirán, los políticos siempre mentirán y tú también envejecerás. Y cuando seas viejo añorarás los tiempos en los que eras joven, los precios eran razonables, los políticos eran honestos y los niños respetaban a los mayores... No esperes que nadie te mantenga pues tal vez recibas una herencia, o tal vez te cases con un rico pero nunca sabrás cuánto durará. 


Lo peor del amor es cuando pasa, cuando al punto final de los finales no le quedan dos puntos suspensivos

Te digo adiós y acaso te quiero todavía, quizá no he de olvidarte, quizá no te quería o tal vez nos quisimos demasiado los dos. Este cariño apasionado, triste y loco me lo sembré en el alma para quererte a ti. No sé si te amé mucho, no sé si te amé poco pero sí sé que nunca volveré a amar así. Me llevo tu sonrisa, dormida en mis recuerdos y el corazón me dice que no te olvidaré, pero al sentirme sola sabiendo que te pierdo...tal vez... tal vez empiezo a amarte como jamás te amé. Te digo adiós y acaso con esta despedida mi más hermoso sueño muere dentro de mí pero te digo adiós para toda la vida aunque toda la vida siga pensando en ti...


La real academia define la palabra imposible como algo que no tiene facultad ni medios para llegar a ser o suceder, y define improbable como algo inverosímil que no se funda en una razón prudente.
Puestos a escoger a mí me gusta más la improbabilidad que la imposibilidad, como a todo el mundo supongo.
La improbabilidad duele menos y deja un resquicio a la esperanza.
El amor, las relaciones, los sentimientos, no se fundan en una razón prudente. Por eso no me gusta hablar de amores imposibles, sino de amor improbables. Porque lo improbable es, por definición, probable. Lo que es casi seguro que no pase, es que puede pasar.
Y mientras haya una posibilidad, media posibilidad entre mil millones de que pase, vale la pena intentarlo…


Si blancanieves no hubiese mordido la manzana no habría besado al príncipe. ¿Casualidad? No lo creo